Reventón visual y lucecitas de colores

El festival audiovisual Lumínica NEA tuvo su cuarta edición y busca consolidarse como evento estable. Un universo sensorial que se propone dejar un mensaje.

Lumínica es un festival audiovisual. De esta manera se podría definir resumidamente a este evento realizado una vez por año, desde 2015, en Resistencia. Ya lleva realizada cuatro ediciones, la última en octubre, en la Casa de las Culturas. Al ingresar al lugar, luces, música electrónica y enormes proyecciones de imágenes tecnopsicodelicas en las paredes y el techo, realizadas por VJs (video jockeys, mezcladores de imágenes en vivo), creaban un ambiente al que era imposible no ingresar, como abducido por la llamada de nuevo, lo transgresor. Es entonces cuando es necesario expandir la definición.

Lumínica es una experiencia. Experiencia Lumínica, proponen. Digitales y multimedia, las distintas actividades y exposiciones que ofrece el festival intentan suscitar una participación activa y una experiencia inmersiva en el espectador. En algunos casos interactiva y lúdica, como la actuación de Djs y Vjs, o instalaciones con sensores que accionan distintos juegos de luces ante la intervención del público. En otros casos crítica y reflexiva: pequeñas piezas audiovisuales, que con imágenes y sonidos fugaces apuntan a la hipocresía ante las drogas, proponen un recorrido al estilo punto de vista por situaciones marginales y crudas, o denuncian la industria alimenticia con la misma crudeza. Porque hay lugar (mucho lugar) para la diversión, pero siempre busca dejar un mensaje.

Lumínica es una filosofía. Así lo plantean los realizadores del festival, la productora Chedé y la Comunidad Lumínica, en un pequeño manifiesto. El intercambio y la “construcción de un libre conocimiento” es el leitmotive del festival, y en la misma línea, la funcionalidad del mismo como “un puente entre realizadores e interesados”. Aparte de las exposiciones, hay espacios de diálogo totalmente abiertos, llamados “Charlas tereré”, donde artistas e interesados comparten experiencias. No existía otro espacio para este tipo de expresiones en todo el NEA, por lo que Lumínica se estableció como un evento regional, que tuvo como consecuencia la agrupación de los artistas en un colectivo.

Lumínica es una comunidad. Comunidad Lumínica, como se mencionó en el párrafo anterior. Un colectivo de artistas y realizadores audiovisuales creado luego de la primera edición del festival, surgido ante la necesidad de unir fuerzas para generar proyectos y espacios de encuentros de este estilo, que promuevan y amplíen el alcance de sus trabajos. En este sentido, Lumínica se propone consolidarse como un espacio de creación colectiva y autogestiva.

Lumínica es una fiesta. Al cierre de las dos primeras jornadas, en balcón de la Casa de las Culturas, un Dj hace su gracia y crea un ambiente movido y distendido a la vez, al mismo tiempo que un Vj proyecta imágenes en las paredes y los edificios de enfrente, mientras la gente charla y se mueve con un poco de alcohol y algún otro aliciente relajante. En el último día, todo termina con un reventón visual. Luminait es el nombre de la fiesta electrónica de cierre, el único evento pago del festival. Además de una buena fiesta, la marca distintiva está por supuesto en la experiencia sensitiva propuesta, visual y musical. Porque sin baile no vale la pena.

El futuro del evento es incierto, ya que la productora Chedé tendrá cambios y bajas de sus integrantes en el 2019, sin embargo expresan la intención de seguir con el festival y transformarlo en una fecha estable en el calendario regional. La posibilidad de perpetuar e instalar el evento, incluso quizás prescindiendo de la productora, se hace más concreta por la existencia de la Comunidad Lumínica. La organización de los artistas es posiblemente el principal fruto del festival, que proyecta a Lumínica un espacio consolidado de exposición e intercambio.

Santiago Durand